FLAMA
Volver a mirar es un trabajo de identidad y una revisión íntima de lo que somos; una búsqueda que conecta la memoria personal con la memoria colectiva, a partir de la recontextualización de la obra de algunos exponentes del arte venezolano, a través de mi propia visión sobre la fotografía de moda.
Es un proyecto fotográfico que investiga la identidad venezolana a través del cruce entre memoria cultural, archivo visual y lenguaje contemporáneo. Nace de una tensión personal que, aun siendo íntima, es profundamente colectiva. Crecí rodeado del arte plástico venezolano, y ese universo formó mi sensibilidad, mi imaginario y mi relación con la imagen. Años más tarde, mi trabajo en la fotografía de moda me llevó a otro territorio estético y conceptual, ligado a lo editorial, lo performático y lo experimental. Esta obra surge de esa fractura, pero también de la reconciliación de mis mundos. En Venezuela ha sido un sistema de pensamiento.
Un país que vivió modernidad a través de la abstracción, que convirtió la luz en estructura, el color en movimiento y el espacio en experiencia perceptual. Esa tradición, que no es solo cinética, sino material, política, tropical y experimental, formó una generación entera que entendió el arte como una manera de estar en el mundo. Incluso fuera de los museos, la plástica venezolana se filtró en la arquitectura, en la educación pública, en los billetes, en la vida cotidiana. El arte no ilustró al país, lo construyó visualmente desde adentro. Ese legado no pertenece únicamente a los artistas ni a los museos: pertenece a todos.
Es memoria viva, y nos define como comunidad, dentro y fuera del país. Este proyecto se construye desde ese lugar. A través de los encuentros con sus mundos creativos, los artistas (o quienes manejan el patrimonio si el autor ha fallecido) me permiten recontextualizar sus obras —esculturas, pinturas, textiles, piezas mixtas— para transformarlas en indumentaria conceptual. De esta manera, la obra, usualmente estática, se desplaza hacia el cuerpo y se convierte en un medio activo, encarnado, performativo. No se trata de apropiación, sino de diálogo: de reactivar el archivo para que siga produciendo sentido.
Volver a Mirar propone así una reflexión sobre cómo se construye y se transforma la identidad cuando la memoria se rehace desde fragmentos, cuando lo cultural se desplaza al cuerpo, cuando lo colectivo se encarna en lo íntimo. Es un archivo vivo y mutable: una forma de decir que la identidad venezolana no es aquello que se perdió, sino aquello que aún se transforma.












